Una acción de Márquez en los entrenamientos del viernes provocaron
una sanción de dirección de carrera, por lo que el ya campeón del mundo
tuvo que salir desde la última posición de la parrilla. Cuando el
semáforo se apagó, Marc salió como un cohete y fue metiéndose entre sus
rivales de manera kamikaze. Ganar o morir. En la tercera curva ya estaba
en la 13ª posición y había adelantado a veinte enemigos en su carrera hacia la victoria. Era increíble.
Las caídas entre los que iban por delante también ayudaron, como la
que sufrió Pol Espargaró, gran favorito a la victoria, pero que se fue
por el suelo aunque pudo seguir. Márquez se enzarzó en una batalla con
Zarco por la décima posición y siguió escalando posiciones hasta que a diez vueltas del final era quinto, luchando con Aegerter y Rea por el podio, mientras Julián Simón era líder destacado y Nico Terol le seguía en la distancia.
Tuvo dos sustos Márquez. El primero le sacó de la pista, pero pudo
continuar sin problemas perdiendo sólo un segundo, que recuperó en la
vuelta siguiente. El segundo, tras pasar a Aegerter, fue en la recta
principal, cuando superó a Rea pero impactó con el británico. Se dio la
vuelta para pedir perdón, pero el objetivo estaba cumplido: ya era tercero, puesto de podio,
y su ritmo le hacía soñar con más. En ese momento circulaba a siete
segundos de Terol y a nueve de Simón. ¿Misión imposible? No para Marc
Márquez.
Comenzó a meter un segundo por vuelta a los dos españoles que
dominaban la prueba y cazó primero a Terol a cinco vueltas del final,
dándole una pasada impresionante que le quitó las pegatinas, y
lanzándose a la desesperada a por Julito Simón, que comenzó a ver a su
enemigo cada vez más grande por los retrovisores. Le alcanzó a tres
vueltas del final de la carrera y la pasó como un cohete en la línea de meta
cuando sólo faltaban dos giros mientras la afición animaba
enfervorecida entre evidente signos de no creerse lo que estaban viendo.
Simón no se amilanó y se pegó a Márquez, intentando lo imposible.
Pero un campeón del mundo como lo es Julito no se iba a dejar ganar por
las buenas y no tiró la toalla... aunque tuvo que rendirse finalmente
ante un mito como Marc Márquez, que ha hecho una de las mejores carreras
de la historia para cerrar con un broche de oro la temporada 2012.
Es
el campeón del mundo. Con mayúsculas.
¡CAMPEÓN DEL MUNDO!